viernes, 7 de diciembre de 2012

INFORMACIÓN ESPECÍFICA DEL DOCTORADO

DOCUMENTOS REQUERIDOS PARA FORMAR PARTE DEL DOCTORADO EN TEOLOGÍA

I. EN LA ADMINISTRACIÓN ACADÉMICA (El día que se hace la matrícula)


  1. Copia de DUI y NIT.
  2. Curriculum Vitae.
  3. Título original (para confrontar) y dejar copia.
  4. Certificado de notas del grado académico que posee (original y copia).
  5. Registro de auténtica de título y notas (original y copia).
  6. Dos fotografías tamaño carné.
  7. Ficha de inscripción.

II. AL DIRECTOR DEL PROGRAMA DE DOCTORADO (En acuerdo con el Director del Programa)

  1. Ficha académica (según formato).
  2. Una fotocopia de cada uno de los títulos universitarios obtenidos.
  3. Dos recomendaciones de personas que hayan sido sus profesores o que conozcan su desempeño académico.
  4. Lista de las publicaciones: principalmente artículos de revistas y libros (puede adjuntar textos originales o fotocopias, también puede hacerlo en formato digital).
  5. Ensayo debidamente redactado.
  6. Certificación de comprensión de lectura de un segundo idioma: inglés, francés, alemán, italiano, portugués. Si no tiene dominio de un segundo idioma deberá estudiarlo mientras cursa los seminarios de doctorado y someterse luego a una verificación de comprensión de lectura.

jueves, 6 de diciembre de 2012

INFORMACIÓN BÁSICA DEL DOCTORADO

GENERALIDADES DEL DOCTORADO

Modalidad:            Semipresencial.
Fecha de inicio:     Martes, 16 de julio de 2013.
Ofrece:                  15 plazas.
Destinatarios:     Graduados con Licenciatura en Teología o en otras especialidades. Títulos equivalentes a la licenciatura, obtenidos en el extranjero y reconocidos legalmente en el país. También se dirige a personas dedicadas a la pedagogía de la fe y a la enseñanza religiosa escolar.
Director:             Pbro. Dr. Juan Vicente Chopin.
Correo:                juan.chopin@udb.edu.sv.
Teléfono:             (503) 2527-2318.


OBJETIVOS


General

El Doctorado en Teología busca que los profesionales inscritos al Programa adquieran un alto grado de competencias investigativas. Los estudios del doctorado están orientados al dominio de un método de investigación, que produzca resultados originales y progresivos aun no afrontados por ningún otro autor en el ámbito teológico.

Específicos

ü  Formar docentes e investigadores de alto nivel en la disciplina teológica y en otras áreas afines desde el horizonte de la teología latinoamericana.
ü  Favorecer proyectos de investigación que integren coherentemente las ciencias relacionadas con el texto (historia de las tradiciones, historia de las formas, arqueología, lenguas, exégesis, tradiciones y doctrinas), como las ciencias relacionadas con el contexto.
ü  Propiciar proyectos de investigación centrados en objetivos y fundamentados en la interdisciplinariedad teórica y aplicada entre los varios campos del saber y las diversas disciplinas específicas.
ü  Aportar al cambio y a la transformación social, humana y cristiana desde la raíz de lo académico y de lo curricular, aspectos específicos de la academia teológica.
ü  Desarrollar un pensamiento teológico, crítico, vigoroso y comprometido con los problemas sociales que afectan a nuestra sociedad.
ü  Dar un aporte científico a la construcción de un proceso pastoral y evangelizador más acorde con la realidad histórica.
ü  Contribuir al rescate de los valores espirituales y religiosos propios de la cultura latinoamericana.


CARACTERÍSTICAS DEL DOCTORADO

Desde el punto de vista del método el Doctorado en Teología privilegia cuatro áreas:
1.    Metodología de la investigación.
2.    Histórico-antropológica.
3.    Exégesis bíblica.
4.    Teología sistemática y pastoral.

En términos operativos, el Doctorado se ofrece en una modalidad semipresencial. Cada curso y seminario cuenta con un especialista, con título de doctor, que orienta a los estudiantes con encuentros presenciales programados.

Cada curso, además, dispone de un espacio virtual en el servidor web de la Vicerrectoría de Estudios de Postgrado para agilizar y viabilizar los contenidos y los ejercicios metodológicos.

Según las líneas de investigación que escojan los estudiantes del Doctorado, se invitará docentes extranjeros para actualizar el debate teológico. Sin embargo, el programa prioriza la teología contextual en vistas a la creación de un pensamiento teológico original, fiel a las raíces culturales latinoamericanas.

El programa se fortalece con un intercambio permanente de docentes procedentes de la red de universidades católicas salesianas.


COMPENCIAS A LOGRAR

En el plano personal, el profesional de la teología ostenta madurez humana, libre y con mentalidad abierta a la realidad, que le permita mantenerse en diálogo y tolerancia con los distintos ámbitos del saber humano, evitando así visiones mutiladas de la realidad y de la historia.

Además, se inspira en valores humanos con una profunda conciencia ética de respeto por la dignidad de la persona.

En el plano cognitivo, el profesional de la teología tiene una visión de conjunto de la realidad y de las partes que componen su complejidad.
Comprende que el conocimiento no es unívoco, sino plural, lo cual exige apertura al trabajo científico, colaborativo e interdisciplinar.

En el plano productivo, el especialista de la teología sabe formular un proyecto de investigación basado en el método teológico.

Es capaz de hacer estudios de campo en modo interdisciplinar, en colaboración con otras disciplinas del saber científico.

Logra transmitir, por medio de la docencia, los principios fundamentales que rigen el método teológico de investigación y los resultados de sus investigaciones.

Integra coherentemente los principios teóricos de la teología con una praxis pastoral (eclesial) y social, en vistas a obtener resultados pertinentes en el ejercicio de la investigación.


PERFIL DE EGRESO

El Doctor en Teología es un profesional dedicado a la investigación. El resultado de sus investigaciones constituye el insumo principal para el ejercicio de la docencia universitaria, para las publicaciones de nivel científico y para el debate teológico-pastoral. Puede desempeñarse como docente universitario y es capaz de elaborar proyectos y programas de investigación teológica. Sabe articular programas de formación superior para agentes de la pastoral de comunidades cristianas. Es capaz de elaborar textos didácticos para la educación teológica universitaria, para la educación religiosa escolar y para los procesos de educación en la fe.

PLAN DE ESTUDIOS
CICLO 01
·         Teología y ciencias humanas.
·         Método Teológico.
·         Seminario de investigación I.

CICLO 02
·         Metodología exegética.
·         Debate cristológico actual.
·         Seminario de investigación II.

CICLO 03
·         Estado actual de la eclesiología.
·         Cristología contextual: Asia, África, América Latina.
·         Seminario de investigación III.

CICLO 04
·         Teología contemporánea.
·         Teología latinoamericana actual.
·         Seminario de investigación IV.

CICLO 05
·         Seminario de Graduación I.

CICLO 06
·         Seminario de Graduación II.

TRABAJO FINAL
·         Redacción de Tesis.

martes, 17 de julio de 2012

Repensar el mal. De la ponerología a la teodicea de Andrés TORRES QUEIRUGA (Recensión)



Por: Julio Rafael Gutiérrez

TORRES QUEIRUGA, Andrés, Repensar el mal. De la ponerología a la teodicea, Editorial Trotta, Madrid, 2011.
376 páginas.
ISBN: 978-84-9879-194-5

Andrés Torres Queiruga, autor de más de una docena de libros, es Doctor en Filosofía y Teología, profesor de Teología Fundamental en el Instituto Teológico Compostelano y de Filosofía de la Religión en la Universidad de Santiago. Su preocupación fundamental es repensar la fe, actualizando su comprensión, de tal manera que sea posible recuperar hoy la experiencia cristiana originaria.
El propósito fundamental del libro es mostrar que hoy es posible, legítimo y necesario fundar críticamente una teodicea, desde presupuestos actuales (p. 22); su punto de partida es el dilema de Epicuro (p. 16),y el desarrollo del texto es un diálogo con las diferentes respuestas que se han dado a los desafíos planteados por dicho dilema, tanto en el ámbito creyente como en el no creyente, y que se resumen en las dos posturas siguientes: o Dios no puede contra el mal o no es bueno porque lo permite.
El desarrollo del texto es como sigue: en la época medieval, el dilema no representó ningún problema: «aceptar el mal era tan obvio como actitud personal y resultaba tan plausible socio-culturalmente, que el dilema no se concebía como cuestionamiento de la fe en Dios» (p. 159). El problema surgió en la Modernidad, con la instauración de la autonomía de la razón y el descubrimiento del mundo y su intrínseca causalidad. Ya no fue fácil conciliar la fe en un Dios omnipotente y bondadoso y la existencia del mal: «El ateísmo sería a todas luces el resultado más coherente; y, de hecho, esa es la consecuencia que ha sacado una buena parte de la cultura moderna» (p. 158). Y no fue fácil la conciliación porque los argumentos esgrimidos, a favor o en contra de Dios, no lograron diferenciar los planos del discurso: se seguía pre-suponiendo la idea del Dios interventor, del período anterior, pero se reivindicaba la autonomía del mundo. La conclusión lógica fue la dificultad de aceptar la fe en Dios.
Si el mal se consideró la prueba más contundente de la inexistencia de Dios, también se puede considerar un camino para llegar a Él. El mal no es asunto de Dios, sino de los seres humanos: «la raíz última, la definitiva condición de posibilidad del mal está en la finitud» (p. 108), finitud del mundo y del ser humano. Precisamente por eso es una posibilidad real para el encuentro con la Trascendencia. Solamente que, en su consideración como tal, hay que respetar las reglas de todo análisis metodológico, su rigurosidad y su profundidad, y cumplir con aspectos elementales como el diálogo respetuoso y la escucha atenta, en contra de posturas dogmáticas y apologéticas. En esto consisten la ponerología y la pisteodicea.
El libro comienza con una extensa introducción al debate heredado por el enigma del Epicuro, que sirve al lector para ambientarse en el tema. Incluye la presentación de nacimiento de la «teodicea» en la Modernidad, con el diálogo Leibniz-Bayle. En este momento, el autor presenta su tesis central, que luego la recordará constantemente, con el fin de que el lector no se pierda en los debates que sostiene con sus interlocutores, entre ellos San Pablo, Santo Tomás, E. Kant, M. Heidegger y K. Rahner, quienes se han dedicado también a «re-pensar» el mal.
La parte principal del libro son los capítulos dedicados a la ponerología, la pisteo-dicea y la teodicea. La ponerología es el análisis del mal en su nuda realidad, con el fin de presentarlo de forma clara y distinta, siguiendo el análisis fenomenológico; el objetivo de este análisis es mostrar cómo la presencia de pre-juicios en cualquier discurso, sin su debida consideración, puede llevar a conclusiones nefastas, como la creencia en la posibilidad de un mundo sin mal. La pisteodicea es el intento legítimo de todo ser humano de querer entender el mal, siempre y cuando lo haga con honradez intelectual; en estos intentos caben las explicaciones teológicas, filosóficas y científicas, las ateas y las creyentes, las cristianas y las no cristianas. Finalmente, la teodicea es la respuesta cristiana desde la fe en Dios, que con su lógica específica afronta los desafíos del inevitable mal en el mundo, en diálogo y colaboración con otras disciplinas. Resuelve las contradicciones mostrando las trampas (pre-juicios) subyacentes de los argumentos clásicos y ubicándolos en su justo lugar.
El título es coherente con el texto del libro, pues éste es un re-planteamiento, amplio y bien fundamentado, acerca del mal. El constante recordatorio de la tesis central, lejos de parecer repetitivo, como sospecha el autor, es un recurso pedagógico muy útil para mantener al lector siempre ubicado en la lectura. Su amplia bibliografía le da una gran riqueza, sin embargo es lo que lo hace un texto para iniciados.

Tensiones y conflictos de la teología en su historia de Adolfo GALEANO ATEHORTÚA (Recensión n. 2)


Por: Mauricio Campos Huezo


GALEANO Adolf, Tensiones y conflictos de la Teología en su historia, San Pablo, Medellín 2008.
316 pp.
ISBN: 958-607-364-5

Fray Martin Adolfo Galeano Atehortúa, catedrático teólogo suramericano, firma sus escritos como Adolfo GALEANO, Licenciado en Filosofía de la Universidad San Buenaventura (Colombia), Licenciado y Doctor en Teología de la Universidad Gregoriana (Roma), ocupa altos cargos de dirección universitaria en Colombia y profesor visitante en el exterior de importantes Seminarios. Otros libros escritos: El concepto de reforma según Y. Congar. Una eclesiología precursora del Vaticano II, Bogotá 1991; La situación humana a la luz del Evangelio. Guías homiléticas, San Pablo, Bogotá 1997; La situación humana a la luz del Evangelio, San Pablo, Bogotá 1998; La situación humana a la luz del Evangelio, San Pablo, Bogotá 1999 y La Universidad Franciscana. Evangelización y Postmodernidad, Medellín2004.
El autor lo guía en un viaje de historia atomizada de más de 2000 años, desde c.a. 185-254 teología ortodoxa oriental, San Atanasio de Alejandría, teología antioquena, bizantina y rusa, como la antesala de la teología católica occidental-latina, con San Agustín (354-430) y Santo Tomas de Aquino (1225-1274),teología franciscana y jesuita. La modernidad, con la escuela de Tubinga, La Nouvelle Théologie, post Vaticano II, la teología católica norteamericana, anglicana y evangélica, la neo-ortodoxia o teología de la crisis de Karl Barth (1886-1968) y su Epístola a los Romanos (1919), criticando a los liberales como un recuento de experiencias religiosas humanas, apoyándose en la Escritura y en la Fe de la Iglesia, Fides Quarens Intellectum.
Con este primer viaje, lo invita a incursionar a América Latina, con la primera evangelización de América (Siglo XVI), identificando “dos orientaciones complementarias: la histórico-escatológica de los franciscanos, agustiniana en su fondo, y la de Salamanca, tomista-vitoriana y jesuítica” (p.137), como producto de la influencia de la teología barroca, neo-escolástica, Nouvelle Théologie y progresista europea. La década de los 60s, del Vaticano II, La Humanae vitae, la Populorum progressio, con la teología latinoamericana de la liberación.
Así nos prepara para centrarnos en Colombia, país testigo del desarrollo del pensamiento teológico de GALEANO, allí su riqueza testimonial, identificando 5 etapas de la teología in situ: la primera evangelización; la Colonia; antes y durante la Independencia; la neo-escolástica de finales del siglo XIX a mediados del siglo XX y la última etapa, con el Concilio Vaticano II y Medellín (1968).
El centro de discusión de este libro, es que no existe una corriente propia de teología latinoamericana, al contrario se encuentra en crisis, y toma como método, la experiencia Colombiana, país muy influenciado por la teología barroca hispana de Santo Tomas (teología tomística de Salamanca), caracterizándose de un choque violento entre la  modernidad liberal -de la filosofía francesa anticristiana- y el cristianismo, una teología en defensa del orden social imperante. Allí la tensión con la teología jesuítica, que “el poder temporal no viene directamente de Dios sino de la voluntad popular” (p.235).
Al Corpus theologicum colombianum dice el autor, le falta aportes de la teología agustiniana-franciscana: sentido de la historia, lo escatológico y sentido del mal y del pecado. Sin embargo reconoce esfuerzos de hacer teología en Colombia, pero al final se vuelve ideología, como el pensamiento sociopolítico del ex sacerdote Camilo Torres (1966).
El libro de Galeano, podría enriquecerse con la mediación de los sacerdotes, mártires y santos en la teología cristiana: Rutilio GRANDE (1977), Ignacio ELLACURÍA (1989), Monseñor Arnulfo ROMERO (1980), que en sus escritos y homilías están los presupuestos de una teología latinoamericana, pero el autor metodológicamente evita incursionarse a la década de los 70s y 80s, invitando al lectora una segunda parte de la teología cristiana latinoamericana que se encuentra en crisis, donde la experiencia centroamericana juega un papel importante en los siguientes años, con una muerte violenta de sus principales autores y con repercusión en el debate escolástico de la teología en Latinoamérica. Segunda parte difícil de escribir para un sacerdote que enseña teología, que no puede obviar los escritos de Jon SOBRINO y obviar evitar el retiro del nihil obstat de sus obras (2007).
Lo valioso de este libro teológico de GALEANO, es que ubica al lector en un contexto pragmático, histórico, bibliográfico, la discusión de la modernidad y la teología cristiana latinoamericana, teniendo como experiencia Colombia, que con Medellín (1968), fue un cambio de lo neo-escolástico y la escolástica tomista barroca heredada de la época colonial, y su herencia en la conferencia de Puebla (1979). Estos hechos reflejan lo convulsivo de la sociedad colombiana en los 60s, con la proliferación de movimientos guerrilleros, que incluso hoy en día se encuentran algunos vigentes y el pensamiento del sacerdote Camilo Torres, sigue siendo un tema en el debate teológico e  ideología.
En el fondo propone un método para identificar las diferentes categorías y rol de la iglesia y sus miembros en la teología cristiana en otras latitudes de Latinoamérica y como responden a la modernidad.

La Iglesia de los mártires. Una lectura latinoamericana desde El Salvador y Guatemala (1977-1998) de Juan Vicente CHOPIN PORTILLO (Recensión)


Por: Fernando Alfredo Rivas

CHOPIN PORTILLO, Juan Vicente, La Iglesia de los mártires. Una lectura Latinoamericana desde El Salvador y Guatemala (1977-1998), Universidad Don Bosco, San Salvador, 2010. pp. 193.
El tratado teológico La Iglesia de los mártires del Dr. Chopin está desarrollado en tres capítulos que forman parte de su tesis doctoral discutida en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma, en el año 2008, bajo la dirección del Profesor G. Colzani y que representa una lectura eclesial del martirio en el siglo XX que comprende a Latinoamérica y concretamente a El Salvador y Guatemala, en el período que va de 1977 a 1998.
Los tres capítulos a los que me refiero son:
  1. El siglo XX, siglo de mártires: el martirio en América latina
Este capítulo representa el contexto histórico en el cual el teólogo hace sus valoraciones, es de fundamental importancia puesto que viene centrado en cuatro acontecimientos martiriales: el martirio del P. Rutilio grande, SJ (12 de marzo de 1977); el martirio de Mons. Romero (24 de marzo de 1980), el acontecimiento martirial de los sacerdotes de la UCA (16 de noviembre de 1989) y el martirio de Mons. Juan Gerardi (26 de abril de 1998 en Guatemala). Sus fuentes principales para este primer capítulo son La Comisión de la Verdad que describe la versión (tenida como oficial) de los acontecimientos violentos en El Salvador en tiempos de guerra, también para el caso de Guatemala su fuente principal es la Conferencia Episcopal de Guatemala y la Oficina de derechos humanos de la misma.
  1. El “retorno” de los mártires a la Iglesia: del “Dios crucificado” al “Pueblo crucificado”
En este capítulo se hace un análisis de lo que significa memoria, se privilegia el concepto de memoria de J. B. Metz el cual entiende la memoria no como un simple recuerdo de acontecimientos sino como «memoria peligrosa», en cuanto pone en discusión el presente (p. 73), es de este modo que tiene sentido la memoria de los mártires sobre todo porque la misma fe cristiana está en la memoria en uno que fue «martirizado en una cruz» (p. 75). Se recupera así la centralidad del acontecimiento de la cruz como elemento fundante de la Iglesia. Así se puede hablar de la Iglesia de la misericordia o la Iglesia de los pobres que significa una Iglesia al lado de los que son privilegiados a los ojos de Cristo «los mismos pobres» en ese sentido los mártires son expresión de la Iglesia tradicional, por eso se puede hablar de Iglesia de la misericordia, Iglesia de los pobres o como dice el Dr. Chopin «La Iglesia de los mártires» el teólogo entiende el martirio no en la línea tradicional de odium fidei, sino en la modalidad de odium caritatis en el sentido de que los asesinos ya no asesinan sólo por odio a la fe sino por motivos ideológicos o por odio a las personas que defienden los derechos humanos; el ataque va orientado no a la fe, sino a su consecuencia más normal, es decir, «el ejercicio de la caridad» sentencia el teólogo. J. B. Metz, J. Moltmann y otros autores, más documentos del magisterio eclesiástico son las fuentes de las cuales se vale el Dr. Chopin para abordar este segundo capítulo.
  1. La Iglesia de los mártires. Una lectura Latinoamericana
Este es el capítulo conclusivo del tratado teológico que define a la Iglesia como Iglesia de los mártires en la línea del odium caritatis, esta es la causa de los grandes mártires del siglo XX, cuyo caso emblemático es Mons. Romero quien participa del acontecimiento martirial de la cruz de Cristo. Romero practica como obispo una pastoral de la Iglesia de la misericordia o Iglesia de los empobrecidos, lo vive de tal manera hasta dar testimonio con su muerte martirial, no porque haya estado delante de un tribunal sino por promover la liberación y consecuente promoción del empobrecido víctima del hombre injusto. La fuente principal para el abordaje de este capítulo aparte de los teólogos de la UCA y otros, son el diario y los escritos de Mons. Romero.
La Iglesia de los mártires constituye un tratado teológico-eclesial a partir del testimonio de los mártires que significa una lectura en un período histórico concreto, creo que este trabajo debe ser situado como lectura «necesaria» para cualquier persona que se esté iniciando en el estudio de la teología en general y de modo particular en la teología latinoamericana dado que aparte de que se sitúa en una historia muy nuestra es un trabajo que está muy bien documentado y abordado de modo agudo en honor a la verdad. El autor pone en debate diversas cuestiones teológicas y a la hora de hacer un señalamiento crítico lo hace sin temores amparado por la exhaustiva investigación realizada. Por lo que se invita a la lectura y profundización del mismo.

Tensiones y conflictos de la teología en su historia de Adolfo GALEANO ATEHORTÚA (Recensión n. 1)



Por: José Luis Alvarado Guevara

GALEANO ATEHORTÚA, Adolfo, Tensiones y conflictos de la Teología en su historia, San Pablo, Bogotá (Colombia) 2008.
316 páginas.
ISBN: 9789586073646.

Adolfo Galeano Atehortúa, es Doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma, también es profesor de teología en varias facultades e instituciones de teología en Colombia y Estados Unidos de América. Ha publicado seis libros y más de cincuenta artículos en distintas revistas de teología; entre sus publicaciones destacan: El Concepto de reforma en la iglesia según Y. Congar, La situación humana a la luz del evangelio (1997, 1999, tres tomos) y La universidad franciscana, evangelización y posmodernidad (2004).
El libro desarrolla una descripción de la transición histórica de las distintas corrientes de pensamiento teológico, sus principales exponentes, sus principios básicos, sus enfrentamientos y tensiones. Según el autor no pretende que sea una historia completa de la teología, sino un esfuerzo por mostrar algunas de las tensiones y conflictos que a través del tiempo han afrontado las principales corrientes teológicas, explica además, las dificultades y el fracaso de la modernidad en su propósito de secularizar al esjaton cristiano.
Al abordar la teología ortodoxa expresa que se fundamenta especialmente en la tradición y en los padres, perdiendo el carácter misionero, al preservar la verdad cristiana del desgaste y de las distorsiones históricas, encerrándose dentro de sí misma Por ello la teología ortodoxa es principalmente litúrgica, transmite las verdades de la fe mediante los servicios litúrgicos y a través del uso de iconos como objetos religiosos; es un cristianismo vuelto hacia el mañana que vendrá con el Reino de Dios.
Luego al referirse a la teología católica occidental- latina, define que es más cristocéntrica que teocéntrica, además de responder a una liturgia práctica que integra la contemplación, la adoración del misterio con la escucha de la Palabra y pues afirma fuertemente el filioque. A esta teología pertenecen la cultura occidental, la medieval, renacentista, barroca y latinoamericana. De manera particular se aborda las corrientes teológicas: la agustiniana y la tomista.  La primera con una profundidad asombrosa en el misterio de Dios y de Cristo, y en la realidad antropológica e histórica.  La segunda de orientación mas teocéntrica que cristológica le da una firmeza conceptual, lógica, racional y objetiva. Afirma también que las congregaciones que han cultivado la teología católica son: el agustinismo franciscano, el tomismo dominicano y la corriente jesuítica del tomismo.
El autor hace énfasis en el fracaso del modernismo, cuando contrapone al Dios cristiano con la diosa Razón o la Diosa Naturaleza, en la búsqueda de una teoría que haga comprensible el misterio del mundo y donde la razón es reemplazada por el placer y la voluntad, donde no importa si algo es verdadero, lo importante es que me gusta. Esta situación obliga a una nueva transición, a un nuevo fenómeno cultural conocido como la postmodernidad, que valora la diversidad, la cultura, el desorden entre otros. No obstante las diferentes corrientes, el modernismo entra en crisis y agoniza, mientras que el cristianismo sigue adelante.
En el análisis de la teología protestante, el autor la define como intelectualista y especulativa, debido a que los Misterios del Cristianismo se adoran a través de la liturgia, es un Cristo pensado en el discurso de la palabra predicada y que el conocimiento de Dios se encuentran en el Cristo crucificado, de lo cual toda teología es sabiduría de la cruz.
Arribando a la Teología en América Latina explica se desarrollo sobre la base de dos orientaciones antropológicas que no son contradictorias, sino dialécticamente complementarias: El histórico escatológico y la de Salamanca. La primera, de fondo agustiniano, mira el futuro desde el punto de vista del dinamismo histórico cristiano que proclama la revelación, es decir del Misterio de Dios en la historia, en el amor, la misericordia y la salvación. La segunda, de fondo tomista-vitoriano y jesuítica, mira el presente de la sociedad expresado a través de la razón y el orden natural (orden y justicia con trasfondo metafísico), ve al hombre como ser racional capaz de realizar el bien, lo que produce agitación de la historia. Sin embargo, ninguna de las dos ha logrado crear el modelo de sociedad que proponen, puesto que no es tarea teológica construir el orden político, económico o social, es religioso, es espiritual. Producto de estas corrientes surgen la escolástica barroca decadente, la neo escolástica, la teología progresista europea, la Nouvelle Theologie y la Teología de la liberación, que al igual que las anteriores, enfrentan tensiones por la perspectiva terrenal o espiritual que desarrollan, de lo que se concluye que las corrientes teológicas de la modernidad en general, fueron desarrolladas bajo la perspectiva terrenal y no espiritual, lo que indica que como corrientes materialistas son temporales, entran en crisis y desaparecen, las únicas corrientes que se mantiene a través del tiempo son las que se desarrollan a través del complejo y rico patrimonio del evangelio del misterio de Dios y su hijo, es decir menos ideológicas y mas espirituales.
La lectura de este libro me ha resultado de mucho provecho, pues como estudiante de teología y neófito en estos conocimientos, me resultó muy fructífero leer en una forma ordenada los orígenes y desarrollos de las diferentes corrientes teológicas a través de la historia, a partir del nuevo testamento. La lectura es bastante clara y comprensible, aunque que en algunas ocasiones tenía que volver a leer y buscar el significado de algunas frases que por no ser del idioma español, era necesario buscar el significado en otras fuentes de información.
Además el libro plantea los principales representantes de las diversas corrientes teológicas, así como sus principios básicos o fundamentales. Además me permite tener una visión de las distintas tensiones y divergencias surgidas por las distintas concepciones teológicas, las cuales reafirman que el mundo humano es una constante lucha hegemónica de status, poder y aparentes verdades, de las cuales la Iglesia en general no ha sido la excepción ; es decir que el hombre y en este caso las corrientes teológicas, no buscan mejorar su relación con Dios a través del estudio profundo de su misterio, sino estudiar a Dios, como objeto de estudio o de comportamiento, lo cual desde mi humilde punto de vista es imposible, es como querer enseñarle a Dios a ser Dios.
Finalmente, que el desarrollo de las corrientes teológicas surgidas en el mundo cristiano se ha desarrollado por etapas y según el escenario histórico- ambiental de la época, lo cual indica que las ideas cristianas no deben seguir corrientes ideológicas, mucho menos ser transformadas por ellas. La iglesia existe para evangelizar, para cumplir la tarea esencial de enriquecer el espíritu, de conocer y acercarse a Dios, como señor y creador de todo lo visible y lo invisible.

Jesús hoy. Una espiritualidad de libertad radical de Albert NOLAN (Recensión)



Por: Erick de Jesús Cruz Castro.

NOLAN, Albert, Jesús, hoy. Una espiritualidad de libertad radical, Sal Terrae, Santander 2007.
 263 págs.
ISBN: 978-84-293-1705-3.

El libro Jesús hoy, una espiritualidad de libertad radical contiene cuatro partes, 17 capítulos, finalizando con una extensa bibliografía y un índice onomástico y analítico. 
El autor nos presenta como tesis fundamental el seguimiento de Jesús en nuestra realidad presente. Realidad compleja, influenciada por los diferentes acontecimientos que han  dañado la relación con Dios, consigo mismo, con la naturaleza y con los demás. Es necesario replantearnos desde Jesús, una libertad radical desde el paradigma del «reino de Dios», que nos lleve a transformar nuestro mundo antes que este mundo nos pase la factura a todos dada la influencia del individualismo y de un capital que se pretende como horizonte encarnar el mal expresado en el ego del hombre posmoderno, irrespetando tanto a los seres humanos, hijos de Dios, como al entorno, la naturaleza y la creación.
Para Nolan,  ésta espiritualidad radical se basa en que Jesús: «fue capaz de ponerse en pie y contradecir los supuestos, costumbres y normas culturales de su sociedad» (p. 232). Para poder hacer visible al Dios de la vida, ése Dios que ama incondicionalmente a los pobres y afligidos de todos los tiempos, el Dios presente en la creación en todas sus dimensiones.
Ahora bien, lograr hacer la voluntad de Dios al estilo de Jesús, no depende solamente de ciertos ritos o actitudes tradicionales que la Iglesia como institución nos ha enseñado. Para el autor, hacer la voluntad de Dios al estilo de Jesús supone llevar un proceso de auto liberación interior en una dimensión mística,  abandonándose en total  confianza en el Padre, pero  al mismo tiempo,  asumiendo nuestro compromiso cristiano como «unísonos», es decir, somos parte del gran universo con sus leyes y paradigmas que realizamos su complemento en la medida en que expresamos nuestra alteridad con todos los elementos, y especialmente con los demás seres humanos. Hemos de vernos como familia, como hermanos y hermanas.
Para Nolan, en principio tenemos que darnos cuenta de los signos de nuestro tiempo, cómo ésta sociedad replantea la necesidad de hacer visible a Dios, sobre todo, en las sociedades donde el gran vacío es resultado de  la falta de esa relaciónprofunda con el Dios de la vida, quien  como misterio, vive presente en el mundo, pero también es necesario que los cristianos de hoy nos quitemos  muchas máscaras que la misma sociedad, y en concreto, el sistema económico nos ha dado. Llegar a la esencia de Dios significa darnos cuenta de que los seres humanos formamos parte de un conjunto de relaciones que definen el futuro de la vida,  lo que Jesús llevó hasta las últimas consecuencias, siendo libre desde la libertad de Dios.
La relación con la naturaleza, se plantea desde  la idea de que la ciencia y su descubrimiento en nuestros días, cada vez más asume como horizonte el misterio de la vida y sus múltiples expresiones. Ya no se ve el mundo científico como fenómeno mecanicista, sino como un todo donde cada uno es parte de, con la necesidad de ser complementarios a  los elementos que la conforman, incluso, de descubrir a Dios presente en medio de los proceso evolutivos.
De igual forma, la relación consigo mismo como dimensión indispensable de apertura a Dios como Padre. No podemos relacionarnos con Dios sin antes contemplar  nuestro mundo interior, nuestras heridas, nuestros fracasos, nuestros éxitos. Es cuestión de lograr primero, una libertad interior para que fluya nuestro potencial, a lo que la sociedad, con su falso ego nos ha robado y ocultado; de tal forma que necesitamos desacondicionarnos y llenarnos de los valores de Jesús y  de sus actitudes frente a los enfermos y prejuiciados de nuestro tiempo. Una actitud libre y liberadora, jamás opresora.
Una relación con Dios es precisa, no como fetiche que la cultura o la sociedad capitalista ha convertido, usándolo hasta en las más horribles masacres que han dañado su creación, sino con una confianza filial al estilo de Jesús que le llamo Abba Padre. Confianza que nace desde esa relación de unicidad en la que el otro es parte de mí y yo parte de él. Se trata de dejarnos trasformar por él, por su amor y su misericordia.
Nolan propone finalmente que ésta estructura de relaciones se concluye en la relación con los demás, en sentirnos identificados con el proyecto de la creación, con la humanidad. Desde este punto de vista, debemos preocuparnos con relación al rumbo que lleva nuestro mundo; no debemos estar dormidos como lo quiere el sistema o el ego, todo lo contrario, es cuestión de  ponernos a la par del sufrimiento del otro, de los excluidos y marginados. Es cuestión de que aquello que dejemos de hacer como un todo, tendrá consecuencias catastróficas dado que somos parte del universo, de la humanidad, de una familia que vive y que está llamada a la comunión. Luchemos entonces contra tantos signos devastadores que podrían acabar por extinguirse ante los aspectos evolutivos de la naturaleza.       
Frente a esto, una opción convincente, la de Jesús, que hizo la voluntad de Dios.

Desde mi punto de vista, Nolan tiene un cierto grado de asertividad, porque necesitamos replantearnos paradigmas nuevos, que expresen realmente la espiritualidad de Jesús y la dimensión de su reino. Al parecer nos hemos olvidado de ese elemento común que tenemos todos nosotros, hijos de un solo Padre e hijos de la naturaleza, que debe llevarnos a actuar sintiéndonos comprometidos todos con la causa de Jesús y su praxis evangélica. Hay muchos retos, pero, esta era post moderna nos ha arrebatado lo esencial de la vida del cristiano: Jesús y su dimensión redentora en la integridad del ser humano.

Otra teología es posible: pluralismo religioso, interculturalidad y feminismo de Juan José TAMAYO ACOSTA (Recensión)



Por: José Eduardo Cux Apichijá

TAMAYO, Juan José, Otra teología es posible. Pluralismo religioso, interculturalidad y feminismo, Herder, Barcelona 2011.
416 Páginas.
ISBN: 978-84-254-2788-6.

Juan José Tamayo es doctor en teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y doctor en filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid. Dirige la cátedra de Teología y ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría en la Universidad Carlos III de Madrid, es profesor de la cátedra de las Tres Religiones en la Universidad de Valencia. Teólogo de la liberación en Europa y miembro de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones y del Comité Internacional del Foro Mundial de  Teología y Liberación.

Juan José Tamayo, en su obra Otra teología es posible. Pluralismo religioso, interculturalidad y feminismo, pretende contribuir al nacimiento de un nuevo paradigma teológico y religioso. Para ello su reflexión gira en torno a la teología y las religiones. Tamayo recorre tres caminos: las religiones, la espiritualidad y la ética.
Es innegable, para el autor, el despertar de lo religioso en la actualidad. Sin embargo, hace notar que las religiones han reforzado su potencial violento, imponiendo sus visiones de la vida, provocando con ello muertes e intolerancia. Destaca el autor, el elemento de paz que subyace en muchas religiones, que posibilitan diálogo, paz y la armonía.
Interculturalidad. Una cultura no puede predominar sobre otra, las religiones deben abrirse al diálogo con las culturas y no solamente imponer el dogma oficial, en el caso del cristianismo romano. Diálogo entre las religiones, destacando los núcleos fundamentales de cada una, donde sobresale la importancia de la persona humana, su dignidad, sus derechos fundamentales, así como, el aspecto liberador que cada una posee.
Una nueva teología, teniendo en cuenta los lugares teológicos emergentes, en los ámbitos político, social, ecológico, entre otros. Con una visión de género, escarbando en la sagrada escritura los elementos que dan para formular una teología feminista, dejando a un lado la visión patriarcal, antropocéntrica y androcéntrica.
Para un nuevo paradigma teológico es preciso tomar en cuenta, dice el autor, el contexto, manteniendo el rigor metodológico de todo discurso teológico, la creatividad hermenéutica y el elemento liberador. Tamayo habla de tomar en cuenta los nuevos climas socioculturales como la globalización, feminismo, pluralismo cultural, pluralismo religioso, y la revolución biogenética para elaborar teología.
Teología feminista. Destaca el autor, el estatus de las mujeres en las religiones y en la teología. Habla de que las mujeres son las olvidadas y perdedoras en las religiones. Por tal motivo, las mujeres se rebelan contra las religiones. Difícilmente son reconocidas como sujetos morales, como sujetos religiosos y como sujetos teológicos. Sin embargo, se constata que las mujeres son las más fieles seguidoras de las religiones. Ellas protagonizan hoy una rebelión en las religiones. La teología feminista parte de las experiencias de sufrimiento, lucha y resistencia de mujeres contra un patriarcado, recupera la memoria de libertad, reescribe la historia de las religiones desde la perspectiva de género. Es así como la teología feminista se convierte en una crítica de la teología de la liberación.
Ética liberadora del cristianismo. Juan José Tamayo destaca que la ética del cristianismo busca la liberación de las diferentes opresiones y esclavitudes en que se ven sometidos los seres humanos, especialmente los pobres. Es ella, una ética de la justicia, de la compasión, de la alteridad, de la solidaridad, comunitaria y de paz. Conlleva además la conflictividad  por el Reino que anuncia y predica en un mundo de injusticias y opresión.
Su obra esta estructurada en doce capítulos como sigue:
1. Las religiones en el mundo contemporáneo. 2. Guerra y paz en las religiones. 3. Diálogo de civilizaciones y de religiones. 4. Teología para otro mundo posible. 5. Interculturalidad y teología. 6. Experiencias interculturales de liberación en el cristianismo actual. 7. Revolución feminista en la teología. 8. Teología de las religiones. 9. Espiritualidad y respeto de la diversidad. 10. Ética liberadora del cristianismo frente a la teología neoliberal del mercado. 11. Dignidad humana y liberación: perspectiva teológica y política. 12. El cristianismo liberador en los procesos de colonización y descolonización de América latina.
Los temas que aborda Juan José Tamayo en su obra Otra teología es posible, representan un reto para la elaboración y praxis de la teología en América latina y el mundo. Los temas poseen actualidad. La teología de la liberación es interpelada por los diferentes sujetos emergentes en la sociedad actual, especialmente en el grito y consigna de movimientos sociales que buscan construir otro mundo posible.

Carta a los Romanos de Xavier ALEGRE SANTAMARÍA (Recensión)


Por: David Jacob Romero García

ALEGRE SANTAMARÍA, Xavier, Carta a los Romanos
Verbo Divino, Estella (Navarra) 2012.
Págs. 369.
ISBN: 978-84-9945-236-4

Xavier Alegre es un teólogo jesuita español. Es doctor en Biblia. Estudió en la Universidad de Münster, Alemania. Es especialista en el Nuevo Testamento, y muy dedicado en la Carta a los Romanos. Es un referente valioso en Cristología y Eclesiología. Actualmente es profesor ordinario de la Universidad de Cataluña y vive en Esplugas de Llobregat, Barcelona.
Una de las obras más recientes de Xavier Alegre es Carta a los Romanos a manera de introducción completa, capítulo por capítulo, que ayudará al lector a comprender uno de los escritos más difíciles del cristianismo primitivo. Alegre parte del análisis exegético bajo el método histórico–crítico para comunicarnos qué es lo que pretendía comunicar Pablo a la comunidad de Roma (necesidades y temores) y así incorporar su evangelio. La Carta a los Romanos ha marcado la historia del cristianismo, desde la Iglesia primitiva hasta nuestros días, porque su interpretación del misterio de Cristo ha dado fundamento a posiciones encontradas.
Pablo comparte el temor a la comunidad de Roma de no ser recibido en Jerusalén por su postura ante la ley, y les comunica su intención de visitarlos (compartir la fe) de paso rumbo a España (Rom 15, 22-29).
La Carta fue escrita probablemente en el invierno del año 56/57, en Corinto. Aquí logra tener un momento de paz y tranquilidad (2Cor1, 12-2,13).

Según Xavier Alegre la quintaesencia del evangelio de Pablo en Romanos es: La Salvación universal de Dios a través de los méritos de Cristo en la Cruz y su Resurrección, y de esta forma ser justificados por la fe (Rom 1, 16-17). Pablo ordena la Carta e introduce sus temas teológicos que la justifican:
a.       Saludo, acción de gracias y noticias personales (1,1-15): incorpora un credo primitivo para legitimar su apostolado y el contenido de su evangelio.
b.      Parte Doctrinal (1,16 – 11,32):
              i.      A través del Evangelio de Jesucristo, Dios ha revelado su justicia y su salvación; pero Pablo usa la antítesis de la cólera divina para que nadie se auto justifique ante Dios: Todos han pecado (judíos y paganos). Cfr. 1,16-4,25.
            ii.      La salvación brota de la justificación dada por Cristo, la cual nos brinda la experiencia de ya no ser dominados por la muerte, sino movidos por el Espíritu; pero debemos incorporarnos a la muerte y resurrección de Cristo. De esta forma adquirir la libertad cristiana (5,1-8,39).
          iii.      La justicia de Dios y el problema de Israel: Dios pide a Israel convertirse a la gracia brindada por Cristo (9-11).
c.        Parte Parenética (12,1-15,13): el significado y vigencia del amor cristiano debe mostrarse en la comunidad cristiana (auténtico culto y amor cristiano), en la vida civil (ante la autoridad legítima) y superar las diversas mentalidades.
d.      Conclusiones, realizaciones y proyectos (15,14-32): busca ganarse la benevolencia de la comunidad, por ello las alabanzas, les comparte sus proyectos de ir a España y les pide oraciones.
e.       Epílogo: (16,1-27): saludos a cristianos conocidos en Roma, advertencia contra los falsos maestros y la doxología final.
El autor deja claro la interpretación correcta en temáticas centrales de Pablo, que hasta hoy generan polémica: justificación por la fe y no por obras, la universalidad del pecado, la humanidad de Cristo, la reflexión cristiana plural, el respeto a las autoridades y la correcta práctica cristiana. Y saber que la Carta a los Romanos es clave para conocer el cristianismo.

La teología de la liberación de Christopher ROWLAND (Recensión)


Por: Carlos Acevedo

ROWLAND Christopher,  La teología de la liberación, Cambridge University Press,  Cambridge 2000.
Pág. 339.
ISBN: 978-84-8323-083-1

En el texto que presenta Ch. Rowland sobre la teología de la liberación  presentan tres partes importantes:
  1. La teoría de la liberación contemporánea
  2. Aspectos de la teología de la liberación
  3. Análisis y crítica

En la primera parte, el autor, empieza presentando la labor y contenido de la teología de la liberación en América Latina,  asumiendo desde el primer momento la lucha por la justicia y la solidaridad con los pobres, esta será una manera nueva de entender la obra salvadora. Luego presenta un enfoque sobre cómo hacer presente una teología encarnada en la situación de pobreza que vive el continente Asiático. Se interesa además dicho autor en hablar sobre un tipo de teología negra que busca la integración de las personas de piel negra, y ésta, nace precisamente de la necesidad de articular la importancia de la presencia negra en un mundo blanco hostil. Y por último, enfatiza el tema de la teología feminista como una teología crítica, que nació a finales del siglo XVIII, bajo el impulso de un movimiento secular que buscaba la igualdad de derechos para las mujeres y la promoción de ellas en el ámbito social.
Nótese que en la segunda parte, Ch. Rowland inicia presentando su enfoque sobre  cómo se da  origen  a las comunidades eclesiales de base, tomando como referente a Brasil. En este proceso se notan tres periodos: el primero, que se considera como el origen de las comunidades eclesiales de base, antes de 1962, periodo de post guerra, en el que se vivía un alejamiento de Dios, gracias a la industrialización, y a  la poca asistencia pastoral por parte de la Iglesia, debido a la escasez de sacerdotes. En el segundo periodo, entre el 62 al 68, Juan XXIII quiere dar un giro a esta situación, proponiendo un plan de emergencia y un Plan Pastoral de conjunto que llevaba a tener un mayor protagonismo a los laicos, como catequistas comprometidos. El último periodo, fue entre el 69 al 75, con el cual se le dio un nuevo impulso a la vida de las comunidades eclesiales de base.
Siempre en esta parte, el autor, aborda la temática de la Biblia y los pobres, ya que dicho libro, según él, se considera como un instrumento o fuente para llegar a la liberación, respecto a las diferentes estructuras de pecados como las injusticias entre otros. Un aspecto muy importante que el autor no quiere dejar de lado es, sobre todo el papel de la Iglesia en el proceso de liberación de los que son explotados a causa de su condición de pobreza.
Ya en la tercera parte de su libro,  Ch. Rowland presenta un análisis crítico a la teología de la liberación. Allá por el 68 da origen en sentido moderno la Teología de la Liberación, los obispos comenzaron a repensar y al mismo tiempo a evaluar sobre la tarea que se estaba llevando a cabo, concluyendo que, necesitaban encontrar una nueva forma de hacer presente la salvación a los pueblos pero esta vez desde la realidad de los más sufridos. Hay que decir también que ésta no se desarrolló debido a que en la misma Iglesia hubo oposición para la praxis, fue Juan Pablo II, el que hizo un alto a los obispos que tenían la sed de la liberación, considerando su postura como marxista y no tanto liberacionista, sostenía que el marxismo era un reduccionismo, que inclinaba al hombre a odio y a la lucha social. Por último, dicho autor, presenta una relación bastante marcada entre la Teología de la Liberación y la economía, la primera busca que se respeten los procesos, la paga justa, el buen trato a los trabajadores.

Creo que el papel de la Iglesia respecto a su misión salvífica antes de los 68, fue hasta cierto punto muy cómoda, y asistencialista, en realidad pienso que no había conciencia sobre la misión. No tomaba en cuenta a los diferentes sectores de sociales como a las mujeres y a la comunidad negra, no había inclusión. Fue hasta después que la mayoría de los obispos toman conciencia, lastimosamente hubo oposición por parte de la jerarquía para desarrollar plenamente el planteamiento liberador.