viernes, 15 de febrero de 2013

HILDEGARDA DE BINGEN: MÁS ALLA DE LA TEOLOGÍA




Por: Mario A. Aguilar Joya
Doctor en Medicina y estudiante del Doctorado en Teología

Recientemente el Papa Benedicto XVI proclamó Doctora de la Iglesia a Hildegarda de Bingen. El título de “Doctor o Doctora de la Iglesia” se concede a personajes que por su manifiesta integridad, la profundidad espiritual de sus obras y por su santidad insigne, la Iglesia Católica los reconoce como perentorios maestros de la fe y les otorga ese preeminente título. En total se han proclamado cuatro Doctoras de la Iglesia: Teresa de Ávila (1515-1582), Catalina de Siena (1347-1380), Teresa de Lisieux (1873-1897) e Hildegarda Bingen (1098 – 1179).
Hildegarda nació décima hija de Hildeberto y Matilda y como tal ellos la ofrecieron como “diezmo” y la consagraron desde el inicio de su  vida a la Iglesia, así ingresa al convento a la edad de ocho años. Su vida transcurrió en lo que se llamo posteriormente el “Renacimiento del Siglo XII”, época en la cual Europa experimenta importantes cambios, tanto en el aspecto demográfico, social, económico, cultural e intelectual.
Como Abadesa, Hildegarda fue una mujer brillante de su siglo, escribía en latín  idioma generalmente usado por el clero, por las mujeres y hombres intelectuales de esa época. Hildegarda de Bingen se ha convertido en una de las figuras centrales  del medioevo y la única mujer de su tiempo con un repertorio de obras teológicas y científicas que sobrepasan a las de sus congéneres masculinos.  Sin embargo, aun cuando escribió mucho sobre teología, también compuso música y escribió sobre botánica, en esta área aun se estudian algunas plantas descritas por ella para descubrir sus propiedades curativas y producir nuevos  medicamentos; como tal es considerada la Patrona de la Medicina Botánica.
Sus célebres escritos también incluyen la medicina curativa, sin embargo escribió mucho más acerca de la medicina preventiva. En una época en donde las infecciones y las pestes arrasaban con poblaciones enteras, Hildegarda hacía énfasis en que los pobladores se lavaran las manos frecuentemente y que hirvieran el agua antes de consumirla, medidas de prevención de enfermedades que aun son vigentes en la actualidad. Aun cuando no tuvo estudios formales sobre medicina, se le considera como la “Primera Mujer Médica”, ya que escribió al menos dos grandes obras médicas. En su obra Physica trata sobre los medicamentos naturales  —de origen vegetal, animal, mineral—  y su uso en las enfermedades psico-físicas. En el Libro de la Medicina Compleja o Causa et curae trata sobre la relación de causa y efecto del medio que rodea al enfermo y las enfermedades que este adolece.
No hay duda que Hildegarda de Bingen es Doctora de la Iglesia, sin embargo decir que Hildegarda  es sólo Doctora de la Iglesia es quitarle méritos. Hildegarda de Bingen es el prototipo de mujer polifacética y culta que produjo cambios y progresos en las Ciencias y Artes de su tiempo, los cuales perduran a la fecha.

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