Por:
Mario Aguilar Joya
Doctor
en Medicina
aguilarjoya@yahoo.com
Por
mucho tiempo se ha sabido que al experimentar dolor físico nuestro cuerpo
libera sustancias químicas similares a los opioides, esto con la finalidad de
controlar la molestia y el malestar físico. De hecho estas sustancias tienen el
nombre de Endorfinas, por su similitud con la morfina y ser liberadas en forma
endógena, es decir, internamente.
Estudios
recientes realizados en la Universidad de Michigan han demostrado que estos
opioides internos, también se liberan en respuesta al rechazo emocional,
vinculando el sistema de analgésicos naturales del cerebro tanto a las lesiones
físicas como con los maltratos emocionales, sean estos inducidos por la pareja,
por los padres, por los compañeros o amistades. Estos datos marcan la pauta
para definir el hecho de que las vías que activan los malestares emocionales y
físicos son similares. Trabajos de investigación previos ya habían demostrado
que el rechazo emocional puede producir inquietud, angustia y frustración, sin
embargo este es el primer estudio en relacionar el rechazo emocional con el
dolor físico.
El
avance de la ciencia y los hallazgos reveladores en este nuevo campo de la
llamada neurociencia social, definitivamente están ayudando a comprender mejor,
no solamente el funcionamiento del cerebro, sino también la dinámica de las
relaciones humanas.
Estos
datos generarán, sin lugar a dudas, estudios más profundos, ya que en la
cultura occidental se había intentado desligar el dolor físico del dolor
emocional. Ahora hemos llegado a comprender que las características específicas
de tristeza y soledad intensa que los humanos experimentan en los casos de
abandono emocional, producen definitivamente reacciones similares a los que se
sufren al experimentar el dolor físico.
Aun
cuando nos pueda parecer difícil de comprender hay una sensación de dolor que
es equivalente, ya sea que a usted se le rechace emocionalmente o que se le
agreda físicamente. En conclusión, el dolor del rechazo emocional o del dolor
físico produce reacciones muy parecidas no solamente en nuestros cerebros, sino
también en nuestros cuerpos.
Tanto
es así que podemos hablar, en términos de respuestas biológicas, que tanto el
dolor físico como el dolor emocional son equivalentes. De manera que la próxima
vez que experimente las molestias después de estar expuesto a cualquier
manifestación de rechazo emocional y sienta que "se le desgarra el
corazón" o que se "le parte el alma", probablemente no sean
solamente expresiones en sentido figurado.
Los
hallazgos de estos nuevos estudios son importantes, pues siendo los humanos
seres extremadamente sociales, el apoyo emocional que se obtiene de las
personas que están muy cerca de nosotros y los que se encuentran a nuestro alrededor,
hacen que se incremente el bienestar general y que se genere un efecto
protector en el aparecimiento de algunas enfermedades físicas y psicológicas.
Es tiempo de empezar a
ver las sensaciones que producen los rechazos emocionales con la seriedad que
tienen y no únicamente como una metáfora del dolor que se supone deberían
producir. Esto debido a que la supervivencia emocional de
cada uno como especie depende de esta amplia red de apoyo que crece alrededor
de nosotros, almacenando y transmitiendo este conocimiento a otras
generaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario