Por: Miguel Alfonso Muñoz Reyna
RATZINGER, Joseph, La
infancia de Jesús,
Editorial Planeta, 2012/ www.planetalibros.com
1ª edición en libro electrónico
82 páginas.
ISBN 9788408039433
Joseph
Ratzinger nació en 1927, sacerdote y teólogo
alemán fue consultor durante el Concilio Vaticano II (1963-1965), cardenal
Arzobispo de Múnich desde 1977 y Prefecto de la Congregación para la Doctrina
de la Fe durante el pontificado de Juan Pablo II (1982 – 2005). Electo Obispo
de Roma en 2005 tomó el nombre de Benedicto XVI hasta febrero del año 2013 en
que renunció y se convirtió en Papa emérito. Actualmente reside en el monasterio vaticano Mater Ecclesiae. Las publicaciones de Joseph Ratzinger alcanzan los 600
títulos, algunos de sus estudios no han sido publicados abiertamente, sino que
ha sido dirigido para ciertos gremios, comisiones y documentos eclesiásticos. Iniciando
en el año 2004 Ratzinger elaboró una interesante síntesis cristológica, misma
que editada constituye una colección de 3 Tomos: Jesús de Nazaret - Desde el Bautismo hasta la Transfiguración, en abril
del 2007. Jesús de Nazaret - Desde la
entrada en Jerusalén hasta la Resurrección, en el año 2011 y finalmente La Infancia de Jesús, en 2012 que es la
publicación de la que nos ocuparemos.
Este libro esta articulado en cinco capítulos que recorren, de la
mano de los evangelistas Mateo y Lucas, los acontecimientos de la infancia de
Jesús revelados de manera diferente por ambos escritores sagrados de acuerdo a
la tradición oral y documental de las primeras comunidades cristianas.
Las
ideas fundamentales que el autor ofrece en su obra teológica son las
siguientes:
1. Jesucristo
es una persona y un acontecimiento totalmente singular en la historia de la
humanidad: A diferencia de otros grandes fundadores
de religiones, Jesucristo es el cumplimiento de la promesa continuada de
Dios a través de la Sagrada Escritura revelada
al pueblo de Israel y a través de él, a la totalidad
de la humanidad. En él y por él la revelación de
Dios, creador del universo, alcanza la plenitud de los tiempos a la humanidad.
-
Anunciado en el Antiguo Testamento
Jesús es, según la tradición judía, un profeta totalmente singular, mayor que Moisés, que anuncia el Reino de Dios y denuncia el pecado que a
este se opone: «El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo de
entre tus hermanos. A él le escucharéis» (Deuteronomio
18, 15). El mensaje totalmente novedoso de Jesús se
ve confirmado por palabras y prodigios pues revela con autoridad lo que conoce,
la intimidad de Dios Padre.
-
Si bien Dios se ha revelado de
diversas maneras al pueblo de Israel, Jesucristo es la revelación definitiva de
la presencia de Dios en la vida y en la historia de la humanidad, en Jesucristo
y por Jesucristo el Padre es «Dios con nosotros», «el Enmanuel» definitivo, más allá de los signos del Antiguo Testamento
(la nube, la columna de fuego, el arca de la alianza, el Templo) en Jesús,
verdadero Dios y verdadero hombre, Dios hace su morada de manera permanente.
-
El Reino de Dios con sus
características de vida en abundancia, triunfo sobre el pecado, respeto a la
dignidad humana, nuevo estilo de relaciones sociales en Jesucristo no es una
propuesta sociopolítica sino la concreción histórica de la «presencia
de Dios» en medio de su pueblo. Toda la simbología
del Antiguo Testamento llega a su cumplimiento definitivo. En Jesucristo, el
Reino de Dios se hace historia e inaugura una nueva historia, es la verdadera y
definitiva Buena Noticia para la humanidad.
2. Los
escritos sagrados del Nuevo Testamento nos revelan
al Jesús histórico tal y como la primera comunidades cristianas lo conocieron y
experimentaron y de la manera en que los escritores sagrados de esa primera
comunidad nos lo han querido revelar. No estamos ante mitos religiosos ni ante simples construcciones literarias
o teológicas sino ante la fe viva de los
primeros cristianos.
A través del método histórico-exegético el autor sostiene que los estudiosos
contemporáneos conocemos a Jesús en su
contexto, en el contexto de las primeras comunidades cristianas, a partir de
este conocimiento los estudiosos de teología buscaremos entender las enseñanzas de Jesús y
su aplicación en el contexto actual. Sin embargo y pese a todos los
esfuerzos exegéticos y teológicos, algunas revelaciones del Nuevo Testamento
referentes a Jesús siguen siendo misterios sujetos de estudio:
-
«¿Cómo será eso si yo no conozco varón?» (Lucas 1, 34 - 35)
-
«El Enmanuel y la virgen que lo da a
luz» es Dios con nosotros (Isaías
7, 14 y Mateo 1, 23).
3. Los
orígenes de Jesucristo revelados en los evangelios de Mateo y Lucas corroboran
la acción de Dios en la historia de la humanidad y la singularidad de Jesús
como Hijo de Dios: Los evangelistas Mateo y Lucas, "después de investigar y corroborarlo todo" nos
revelan la fe de las primeras comunidades cristianas. No estamos ante literatos
talentosos que dan forma cristiana a leyendas orientales sino a escritores que
recogen la fe de una comunidad y la expresan como Sagrada Escritura, como
catequesis estructurada a partir de la memoria de dicha comunidad sobre los
hechos y dichos de la persona de Jesucristo (Lc 2, 50-51).
-
«Concebirás por obra
del Espíritu Santo al Salvador de Israel y le pondrás por nombre Jesús» (Lc 1, 26 – 38; Mt 1, 21). La anunciación y la concepción virginal de Jesús
constituyen una irrupción totalmente original de Dios en la historia de la
humanidad superándose a sí mismo en la concepción de los profetas del Antiguo
Testamento.
-
Frente a Octavio César
Imperator (= vencedor, jefe del
ejército), «Señor» (= domine) y «Salvador»
(= soter) de la humanidad por la Pax Romana, los evangelistas anuncian el
nacimiento de Jesús, el verdadero Salvador de la humanidad por el amor y la
humildad, la pobreza y la debilidad, él es la verdadera manifestación de Dios
en la historia humana, en su construcción digna y humanizadora.
-
Al cumplir con la tradición judía de
la presentación
en el Templo, Jesús es incorporado plenamente en la
historia del pueblo de Dios. Así se cumplen las promesas de la Alianza. Con el
testimonio de dos «justos» (Simeón y Ana) Jesús es consagrado a Dios desde sus
primeros momentos de vida, él es el Salvador verdadero de Israel y de la
humanidad (Lc 2, 29).
-
Con los magos de Oriente y la huida
a Egipto entra en escena Herodes con su significado histórico y teológico, es
la maldad llevada al extremo del asesinato, del genocidio, es el mal usurpando
para sí la identidad de Mesías que antes hemos visto en Octavio «Augusto» (= el
que merece adoración). Con la presencia de los Magos de Oriente y del fenómeno
astronómico de la estrella (Mateo 2,
1 - 11) el evangelista confirma la naturaleza única de Jesús, el Hijo de Dios
así como la estrategia divina de escapar y burlar la brutalidad homicida del
rey Herodes.
-
Jesús, en pleno uso de su libertad
se sitúa como «Hijo del Padre» en el Templo de Jerusalén, así como lo hará posteriormente frente a sus familiares de
Nazaret. Los evangelistas nos colocan ante un acontecimiento confuso y
revelador, Jesús se sabe «Hijo del Padre» de una manera novedosa y
transformadora, eso le hace crecer según una fórmula tomada del primer libro de
Samuel (1 Samuel 2, 26) «en estatura
y en gracia ante Dios y ante los hombres». La nueva creación ha dado inicio.
En conclusión, la encarnación
de Jesucristo, el Hijo de Dios vivo revelado por los evangelistas es motivo de
alegría universal, es la Buena Noticia que se sitúa en la plenitud de los
tiempos dándole sentido final a la historia de la salvación, es la presencia
definitiva de Dios en medio de la humanidad «con signos y prodigios» que
inaugura una nueva era de solidaridad, justicia y libertad para todo el género
humano. La Palabra de Dios escuchada y puesta en práctica es fecunda en el
vientre de María, «¡Alégrate, llena de gracia!» (Lc 1, 28).
1. Ratzinger asume el método histórico - exegético con un profundo
respeto por la tradición eclesial y las narraciones evangélicas de Mateo y Lucas, diferentes y a la vez concurrentes. Lucas se centra en la
persona de María y sus recuerdos, Mateo por el contrario aborda los relatos
desde la perspectiva de José a quien no duda de calificar como «hombre justo» (Mateo 1, 19).
Ratzinger publica
esta obra en calidad de teólogo, de estudioso de la teología y no como un
escrito pontificio: «No necesito decir expresamente que este libro no es en
modo alguno un acto magisterial, sino
únicamente expresión de
mi búsqueda personal
«del rostro del
Señor» (cf. Sal 27,
8). Por eso, cualquiera es
libre de contradecirme. Pido sólo a
los lectores y
lectoras esa benevolencia
inicial, sin la cual no hay comprensión posible». (J. Ratzinger, Jesús de Nazaret. Desde el Bautismo hasta la Transfiguración, Pág.
9).
2. Para estudiar el misterio de Jesucristo se han aplicado dos
vías de comprensión: una ascendente desde la historicidad de Jesús hasta su
exaltación como Hijo de Dios y otra descendente, desde la divinidad hacia la
Encarnación y la humanidad de Jesús («El Verbo se hizo hombre», Jn 1, 14). Este es el caso de la obra de
Joseph Ratzinger, utiliza el método histórico exegético en una vía descendente
de comprensión.
3. Los acontecimientos de la infancia de Jesús son históricamente
veraces, presentados en clave teológica desde la lectura y la comprensión del
Antiguo Testamento, el autor plantea como interrogantes de investigación
fundamentales las siguientes: ¿quién es Jesús?, ¿cuáles son sus orígenes?,
¿cómo la comprensión de los orígenes de Jesús se enlazan con su posterior
anuncio del Reino, su Pasión, Muerte y Resurrección? y la interrogante más
importante para los lectores ¿cómo repercute la comprensión de este misterio en
la vida de los creyentes de nuestro tiempo y nuestra sociedad así como de las
comunidades de fe en que vivimos?
Una lectura recomendada y
espiritualmente enriquecedora para todos aquellos que deseen contemplar la
infancia de Nuestro Señor Jesucristo.
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