Por: Mauricio Campos Huezo
Hace 189 años, un 4 de mayo de 1824, el Congreso Constituyente
de El Salvador, acordó nombrar Obispo al Pbro. y Dr. José Matías Delgado,
juramentado un año después, el cual era diputado y Presidente de la Asamblea,
forjador de los primeros cimientos de la Patria Salvadoreña, y defensor contra
el ataque expansionista del Emperador Agustín de Iturbide de México.
Recién tuve el beneplácito de tener en mis manos, la reciente
tesis doctoral del Padre Luis E. Ayala Benítez, sobre la «Iglesia y la
Independencia Política de Centroamérica: El caso del Estado de El Salvador
(1808-1832)», en la cual adjunta una serie de documentos, entre decretos
legislativos, edictos y bulas papales, matiza el impacto que tuvo esa etapa en
la figura del Pbro. Dr. José Matías Delgado, el cual fue víctima de las
circunstancias que se dieron en la época, derivado de su extraordinario
liderazgo independentista, siendo excomulgado injustamente por el Papa
Pio VIII, 3 meses después que fue nombrado Papa, un 7 de julio de 1829 y que no
se pudo concretizar por la ausencia del exiliado y archi enemigo Arzobispo
Casaus de Guatemala, ínterin que aprovechó el Gobierno de El Salvador, de
derogar varias veces los decretos de nombramiento del Padre Delgado como Obispo
y la Diócesis de San Salvador, lo cual fue a iniciativa de él mismo.
El Padre Matías Delgado falleció el 12 de noviembre de 1832,
pidiendo a la Asamblea que repare su honor vulnerado.
Todo gira, alrededor del Derecho de Patronato o Patronato regio
o indiano, el cual consistía en un conjunto de privilegios que los Papas
otorgaban a monarquías europeas, en nuestro caso a los Reyes de España, para
elegir personas que ocuparan puestos en la Iglesia Católica en la época
colonial hispánica, a partir del Papa Julio II (1508). Derecho que por
interpósito poder se lo habían tomado los diputados de la época, los criollos
de la Independencia.
La interpretación del gobierno federal, local y sacerdotes, de
los Derechos de Patronato a favor de las autoridades civiles, a causa de la
independencia en Centroamérica y al no existir la legitima Corona Española que
reclamara esos Derechos (Bonaparte destrono la Corona Española), vrs la
posición del Arzobispo Fary Raymundo Francisco Casaus y Torres de Guatemala,
que debía de retornar a la Santa Sede; originó fuertes diferencias con
implicaciones político-religiosas, alcanzando el cisma (elevado casi a nivel de
herejía, por atentar contra el orden canónico de la Iglesia), con la
erección de una Diócesis en San Salvador y la elección de su Obispo por parte
de las autoridades civiles salvadoreñas, constituyó uno de los momentos más
difíciles, que tuvo que afrontar el Estado de El Salvador, la Iglesia
Centroamericana y la Santa Sede, con los Papas León XII y Pio VIII.
Este cisma no se concretizó, ya que no se formalizó en la Santa
Sede, pues la juramentación del primer obispo de San Salvador, de parte de la
Asamblea de San Salvador, se dio en la persona del sacerdote y Dr. José Matías
Delgado, el domingo 24 de abril de 1825, únicamente por parte de las
autoridades civiles, sin el beneplácito de la Iglesia, y sin la respectiva bula
papal.
El nombramiento de Obispo, fue decretado por el Congreso
Constituyente el 4 de mayo de 1824, posterior a la erección en diócesis la
provincia salvadoreña y manifiesto el nombramiento del padre Delgado como
primer obispo, de parte de la Junta Provisional Gubernativa de San Salvador el
30 de marzo de 1822, unos meses después de haber proclamado la Independencia el
15 de septiembre de 1821.
Esta erección y nombramiento, se sustenta « en el modo y forma
que lo han acostumbrado hacer los Reyes católicos de España, para lo cual se
dirija por este Gobierno la suplicatoria correspondiente a su Santidad … a
efecto de que se digne confirmar este acuerdo y mandar expedir en consecuencia
las bulas de estilo.», y ratificado por el mismo Congreso el 10 de noviembre de
1822; el principal argumento lo constituyó los derechos al uso del patronato,
causando su interpretación un debacle de problemas por las interpretaciones que
se hicieron de él.
Este nombramiento y juramentación, no contó con el beneplácito
del Arzobispo Casaus y Torres, el cual fue consistente en su planteamiento
desde que le fue comunicado en Julio de 1824, manifestando que la creación de
la nueva Diócesis y elección de su Obispo, debe ser conforme a los medios que
prescriben las leyes eclesiásticas.
El mismo Arzobispo Casaus (ex obispo de Oaxaca, México), fue de
la idea de crear un obispado en San Salvador, sugiriéndoselo a la Corona a
finales del siglo XVIII, su lealtad a los Reyes de España, fue manifiesta al
tardar 5 días en respaldar y juramentar la independencia. Su férrea posición,
le implicó expulsión y exilio en Cuba, donde falleció el 10 de noviembre de
1845. Expulsado en 1829 por declararlo «traidor a la patria», por el Gobierno
de Francisco Morazán.
Esto implica, que el Arzobispo Casaus, nombrado por la
destronada Corona Española, como legitimador de oficio de la Iglesia en la
región, no estuvo de acuerdo que al no existir la Corona Española, los derechos
del patronato no eran transferidos a los gobiernos locales, retornaba a la
Santa Sede, por lo que era requisito que el nombramiento viniese del papa, con
la respectiva bula para formalizar o legitimar la Diócesis y su Obispo. La
posición férrea de este Arzobispo español, creo tensiones de Estado, que facilitó
el ingreso de protestantes en Centroamérica, con los gobiernos liberales a la
libertad de cultos.
COMO SIEMPRE HAY ESCRITOS EN FAVOR Y EN CONTRA DE LA PARTICIPACION DEL PADRE DELGADO EN LOS ACONTECIMIENTOS QUE SE DIERON ANTES Y DURANTE LA INSTAURACION DE LA DIOCESIS EN EL SALVADOR, PERO ES CUESTIONABLE LA INCISTENCIA DE ESTE EN QUERER SER EL OBISPO, CUANDO EN REALIDAD PODRIA HABERSE DESIGNADO OTRO PARA DICHO CARGO Y ASI DEMOSTRAR LA VERDADERA Y LEGITIMA CREACION QUE EL PEDIA Y NO ERA CONCEDIDA POR DIVERSAS CAUSAS PERO AL SER PROTAGONISTA SE DENOTA CIERTO GRADO DE AMBICION AL ASUMIR EL COMO MAXIMO LIDER RELIGIOSO Y POLITICO DE LA EPOCA.
ResponderEliminarMe parece sumamente importante este artículo. Yo he estado escribiendo del benemérito padre de la patria en las editoriales, duele ver cómo la población salvadoreña ha olvidado a tan importante personaje para nuestra historia Centroamericana. Todavía la Santa Sede sigue a tiempo de revisar bien los hechos acaecidos, porque entonces, el primer Obispo de nuestro El Salvador fue y será José Matías Delgado, padre de la patria.
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