Por: José Luis Alvarado Guevara
GALEANO ATEHORTÚA, Adolfo, Tensiones y conflictos de la
Teología en su historia, San Pablo, Bogotá (Colombia) 2008.
316 páginas.
ISBN: 9789586073646.
Adolfo Galeano Atehortúa, es Doctor en Teología por la
Universidad Gregoriana de Roma, también es profesor de teología en varias
facultades e instituciones de teología en Colombia y Estados Unidos de América.
Ha publicado seis libros y más de cincuenta artículos en distintas revistas de
teología; entre sus publicaciones destacan: El Concepto de reforma en la iglesia
según Y. Congar, La situación humana a la luz del evangelio (1997, 1999, tres
tomos) y La universidad franciscana, evangelización y posmodernidad (2004).
El libro desarrolla una descripción de la transición
histórica de las distintas corrientes de pensamiento teológico, sus principales
exponentes, sus principios básicos, sus enfrentamientos y tensiones. Según el
autor no pretende que sea una historia completa de la teología, sino un
esfuerzo por mostrar algunas de las tensiones y conflictos que a través del
tiempo han afrontado las principales corrientes teológicas, explica además, las
dificultades y el fracaso de la modernidad en su propósito de secularizar al esjaton cristiano.
Al abordar la teología ortodoxa expresa que se fundamenta especialmente
en la tradición y en los padres, perdiendo el carácter misionero, al preservar
la verdad cristiana del desgaste y de las distorsiones históricas, encerrándose
dentro de sí misma Por ello la teología ortodoxa es principalmente litúrgica, transmite
las verdades de la fe mediante los servicios litúrgicos y a través del uso de
iconos como objetos religiosos; es un cristianismo vuelto hacia el mañana que
vendrá con el Reino de Dios.
Luego al referirse a la teología católica occidental-
latina, define que es más cristocéntrica que teocéntrica, además de responder a
una liturgia práctica que integra la contemplación, la adoración del misterio
con la escucha de la Palabra y pues afirma fuertemente el filioque. A esta teología pertenecen la cultura occidental, la
medieval, renacentista, barroca y latinoamericana. De manera particular se
aborda las corrientes teológicas: la agustiniana y la tomista. La primera con una profundidad asombrosa en
el misterio de Dios y de Cristo, y en la realidad antropológica e
histórica. La segunda de orientación mas
teocéntrica que cristológica le da una firmeza conceptual, lógica, racional y
objetiva. Afirma también que las congregaciones que han cultivado la teología
católica son: el agustinismo franciscano, el tomismo dominicano y la corriente
jesuítica del tomismo.
El autor hace énfasis en el fracaso del modernismo, cuando contrapone
al Dios cristiano con la diosa Razón o la Diosa Naturaleza, en la búsqueda de
una teoría que haga comprensible el misterio del mundo y donde la razón es
reemplazada por el placer y la voluntad, donde no importa si algo es verdadero,
lo importante es que me gusta. Esta situación obliga a una nueva transición, a un
nuevo fenómeno cultural conocido como la postmodernidad, que valora la
diversidad, la cultura, el desorden entre otros. No obstante las diferentes
corrientes, el modernismo entra en crisis y agoniza, mientras que el
cristianismo sigue adelante.
En el análisis de la teología protestante, el autor la
define como intelectualista y especulativa, debido a que los Misterios del
Cristianismo se adoran a través de la liturgia, es un Cristo pensado en el
discurso de la palabra predicada y que el conocimiento de Dios se encuentran en
el Cristo crucificado, de lo cual toda teología es sabiduría de la cruz.
Arribando a la Teología en América Latina explica se desarrollo
sobre la base de dos orientaciones antropológicas que no son contradictorias,
sino dialécticamente complementarias: El histórico escatológico y la de
Salamanca. La primera, de fondo agustiniano, mira el futuro desde el punto de
vista del dinamismo histórico cristiano que proclama la revelación, es decir
del Misterio de Dios en la historia, en el amor, la misericordia y la
salvación. La segunda, de fondo tomista-vitoriano y jesuítica, mira el presente
de la sociedad expresado a través de la razón y el orden natural (orden y
justicia con trasfondo metafísico), ve al hombre como ser racional capaz de
realizar el bien, lo que produce agitación de la historia. Sin embargo, ninguna
de las dos ha logrado crear el modelo de sociedad que proponen, puesto que no
es tarea teológica construir el orden político, económico o social, es
religioso, es espiritual. Producto de estas corrientes surgen la escolástica
barroca decadente, la neo escolástica, la teología progresista europea, la Nouvelle Theologie y la Teología de la liberación, que al igual
que las anteriores, enfrentan tensiones por la perspectiva terrenal o
espiritual que desarrollan, de lo que se concluye que las corrientes teológicas
de la modernidad en general, fueron desarrolladas bajo la perspectiva terrenal
y no espiritual, lo que indica que como corrientes materialistas son
temporales, entran en crisis y desaparecen, las únicas corrientes que se
mantiene a través del tiempo son las que se desarrollan a través del complejo y
rico patrimonio del evangelio del misterio de Dios y su hijo, es decir menos ideológicas
y mas espirituales.
La lectura de este libro me ha resultado de mucho provecho,
pues como estudiante de teología y neófito en estos conocimientos, me resultó muy
fructífero leer en una forma ordenada los orígenes y desarrollos de las
diferentes corrientes teológicas a través de la historia, a partir del nuevo
testamento. La lectura es bastante clara y comprensible, aunque que en algunas
ocasiones tenía que volver a leer y buscar el significado de algunas frases que
por no ser del idioma español, era necesario buscar el significado en otras
fuentes de información.
Además el libro plantea los principales representantes de
las diversas corrientes teológicas, así como sus principios básicos o
fundamentales. Además me permite tener una visión de las distintas tensiones y
divergencias surgidas por las distintas concepciones teológicas, las cuales
reafirman que el mundo humano es una constante lucha hegemónica de status,
poder y aparentes verdades, de las cuales la Iglesia en general no ha sido la
excepción ; es decir que el hombre y en este caso las corrientes teológicas, no
buscan mejorar su relación con Dios a través del estudio profundo de su
misterio, sino estudiar a Dios, como objeto de estudio o de comportamiento, lo
cual desde mi humilde punto de vista es imposible, es como querer enseñarle a
Dios a ser Dios.
Finalmente, que el desarrollo de las corrientes teológicas
surgidas en el mundo cristiano se ha desarrollado por etapas y según el
escenario histórico- ambiental de la época, lo cual indica que las ideas
cristianas no deben seguir corrientes ideológicas, mucho menos ser transformadas
por ellas. La iglesia existe para evangelizar, para cumplir la tarea esencial
de enriquecer el espíritu, de conocer y acercarse a Dios, como señor y creador
de todo lo visible y lo invisible.
tuve la oportunidad de conocer al Padre Adolfo Galeano en un Curso Bìblico dirigìdo por èl en la Parroquia de San Roque en Ibaguè
ResponderEliminarSolicito ubicar al Padre Galeano.
ResponderEliminarFui un afortunado en poder asistir a sus misas de las 12 del medio día, en La Porciuncula, cuando fue párroco, no tengo cómo agradecer sus enseñanzas, DIOS lo bendiga
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