Por: Paz Maricely Navas Herrera
Martínez Díez Felicísimo, Al
servicio de la Fe. La misión de la Iglesia en tiempos de crisis.
San
Pablo, Madrid 2012.
408
páginas.
ISBN:
9788428540650.
Felicísimo
Martínez Díez es sacerdote dominico, licenciado en filosofía y letras por la
Universidad Complutense de Madrid y doctor en teología por la Universidad de
Santo Tomás de Roma. Es profesor en el
Instituto Superior de Pastoral de Madrid.
En su
obra Al servicio de la fe, con
subtítulo La misión de la Iglesia en
tiempos de crisis, el autor presenta una colección de ensayos de teología
práctica, relacionados con la misión eclesial en un mundo en crisis, con el que
la Iglesia está llamada a dialogar y a servir.
Los
ensayos están agrupados en tres partes perfectamente relacionadas, a saber: los
que se refieren a las alarmas actuales que suenan más fuertemente en la
Iglesia, a los desafíos pastorales más urgentes para construir una Iglesia más participativa en la profesión
de fe, en la celebración de la fe y en la práctica de la fe; los que se refieren al ministerio de la verdad como
compromiso fundamental de la misión eclesial, y, por último, los que tratan del amplio campo de la evangelización,
tarea prioritaria de la misión eclesial.
El
autor ofrece once ensayos a los que les nombra capítulos. En el primero: alarmas y oportunidades en la Iglesia actual,
desarrolla elementos que considera alarmantes, y por tanto mira con urgencia el
prestar verdadera atención al problema del debilitamiento de la fe, los
problemas del lenguaje en la Iglesia, el tema del ecumenismo, el divorcio con
el modernismo, y sobre todo la alarma de los pobres, con presencia siempre
activa, que merece ser escuchada.
En el
capítulo dos: Caminos hacia una Iglesia
más participativa, se afirma la necesidad de una metodología de
participación eclesial señalando las acciones y los compromisos más urgentes
para construirla, yendo a lo más original de la comunidad como es la praxis de
la iniciación cristiana hasta llegar a considerar las condiciones
institucionales para una Iglesia más participativa, donde cada sujeto tenga su
espacio de acción, y en el caso de los pobres, se les devuelva su
condición de sujetos preferentes.
En los capítulos tres, cuatro y cinco, sobre la experiencia cristiana y las acciones eclesiales, la necesidad de una
pastoral renovadora, se enfatiza
la necesidad de ir a lo esencial en la vida y la misión de la Iglesia, teniendo
como objetivo principal el crecimiento de sus miembros y de las comunidades en
la fe.
Entre los desafíos, da importancia al problema del lenguaje
religioso que sin ser un desafío sustancial, es un presupuesto para que la
pastoral pueda cultivar lo sustancial de
la experiencia cristiana, y recuperar el verdadero significado del lenguaje
religioso.
Tres capítulos relacionados con la importancia de la verdad como ministerio, y como
magisterio siempre actual, para enlazar con el capítulo siete y siguientes con
el tema de la evangelización, tarea primordial de la Iglesia. En estos últimos capítulos el planteamiento
va en torno a las acciones pastorales a emprender y la identificación de los
lugares teológicos necesarios a tomar en cuenta para una reflexión buscadora de
la verdad.
Los últimos tres capítulos, plantean las dificultades con las que
el cristianismo se ha enfrentado, y reflexiona sobre las formas evangélicas de
presencia y actuación para la Iglesia y la sociedad hoy.
Considero positivo el método de la recopilación de temáticas que hace el autor, fruto de una
serie de ponencias previas. La
articulación de las ideas es bastante evidente, son todos temas relacionados
con la misión de la Iglesia; las ideas son articuladas siguiendo un esquema muy
práctico: planteamiento del problema, un análisis crítico y el aporte que la
Iglesia está llamada a dar como respuesta a las demandas. Pero considero que
carece de referencias bibliográficas suficientes y específicas, porque es
bastante general. Abunda en ideas
repetidas, quizá porque se trate de ensayos separados, en cuestionamientos y
respuestas.
Sin embargo es un libro que sintetiza muchas temáticas de interés
eclesial y pastoral, y aunque algunas ideas son repetitivas, son necesarias, y
a veces hasta pedagógicas. Es un libro
que puede interesar mucho en la reflexión pastoral y en la sistematización
práctica de la pastoral, por los interesantes aportes sobre la evangelización
hoy.
Es un libro que lleva a una autoevaluación de lo realizado como Iglesia. Los planteamientos de las distintas
problemáticas con las que se enfrenta la Iglesia hoy deben tener una respuesta,
y para una Iglesia fundada en el Evangelio de Jesucristo, sólo se puede dar
respuesta desde la categoría de la fe,
siempre actual e indispensable para que la comunidad siga teniendo credibilidad, porque en
definitiva la acción eclesial más eficaz es el testimonio de vida, por eso la
respuesta a estos desafíos sólo es posible desde una experiencia cristiana de
fe, emprendiendo caminos de participación,
acciones eclesiales que permitan la renovación de la vida y la misión de
la Iglesia.
A modo de sugerencia, estos textos ubican al lector en la
realidad eclesial, los desafíos y los métodos a emplear para ofrecer respuestas
acertadas.
1. Sobre
“las alarmas y oportunidades en la Iglesia” necesarias porque nos permiten
despertar y hacer un ejercicio de autocrítica, de análisis en profundidad de la
situación actual de la misma Iglesia, y así identificar los campos de acción
prioritarios para una conversión de la Iglesia al Evangelio y para una plena realización
de la misión eclesial (Pág. 14-38).
2. “Pensar el cristianismo y su aporte y significación en
la sociedad y la cultura actual”; “la evangelización y la misión de la Iglesia”,
…se recuerda la importancia de aceptar que la evangelización también consiste
en descubrir el Evangelio ya hecho, ya practicado, ya presente y operativo en
el mundo, incluso más allá de las fronteras confesionales de la Iglesia. (Cap.
IX: ¿Qué es evangelizar hoy? Pág. 246-287).
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