Por: Douglas Gilberto
Cerón Ponce
GUTIÉRREZ,
Gustavo, Hablar de Dios desde el
sufrimiento del inocente.
Sígueme,
Salamanca 2006.
225 páginas.
ISBN:
84-301-1002-X.
El libro Hablar de Dios desde el sufrimiento del
inocente tiene como objetivo, según el autor, ser una reflexión teológica
sobre el sufrimiento humano, hecha a partir del libro de Job y de la realidad de sufrimiento y muerte de los países de
América Latina. La situación de
inocencia de Job deja entrever la
inocencia de un pueblo oprimido y creyente. El libro se estructura en tres
momentos: la apuesta, el lenguaje profético y el lenguaje de contemplación.
En el primer
momento se centra en la figura de Job, quien afronta el sufrimiento, la pérdida, el
abandono, la enfermedad (cfr. Job
1,9), a pesar de ello no reniega de Dios. Para el autor, esta primera parte
abre la interrogante «¿Cómo hablar de
Dios desde la situación que Job soporta?». Como se verá a continuación, toda la
primera parte es antesala para poner justificar un cierto modo de hablar de
Dios a partir de un tipo de teología, ajena a la realidad de sufrimiento de las
mayorías, como es el caso de América Latina. Hablamos en este caso de la
teología de la retribución, que es representada por los amigos de Job a lo
largo del libro. Teología que puede catalogarse como interesada, manipuladora,
comercial, dicho con otras palabras donde el malvado es castigado, el justo es premiado
por Dios (cfr. Job 4, 7-8); teología por
cierto muy actual en nuestros pueblos de América latina.
El segundo
momento es considerado por el autor como determinante para entender la
situación que vive Job y que viven todos aquellos que sufren. Nuevamente, sobresale la doctrina de los
amigos de Job haciéndole ver que su situación es consecuencia de sus faltas, conclusión
que Job no comparte ya que no se identifica con determinada forma de vivir. Dicha
conciencia llevará a Job a cuestionar la desgracia que vive siendo él inocente.
Un aspecto novedoso de este apartado es la constatación de Job, que evidencia
que el sufrimiento que vive no es solo
individual sino colectivo, lo que le lleva a concluir, que dicho sufrimiento es
consecuencia de los malvados como se lee en Job
24, 1-14; de aquí se puede con seguridad afirmar que la pobreza no siempre es
fruto del destino ni de causas inexplicables,
afirmación que posibilita un modo de hablar de Dios ajeno al presentado por los
amigos. Otro elemento importante respecto a Job es su práctica de la
misericordia, que según Job 29, 12-17
forma parte de su vida. Este desenmascaramiento por parte de Job responde a la
pretensión de la acusación de ser
injusto y no practicar la misericordia como lo hará ver Elifaz en su
intervención (cfr. Job 22, 4-9). El
apartado concluye con el testimonio de la vida de Job, evidenciando que ayudar
a otros que sufren es el camino hacia Dios. A pesar de esto aun está latente la
pregunta ¿Por qué el dolor injusto que padece Job?
En el tercer
momento el autor expone de nuevo la situación de sufrimiento de Job, análoga a
la del pueblo pobre y creyente, de aquí el reconocimiento de que todo viene de
Dios, tanto bienes como males (cfr. Job 2,10;
Cr 29,15), rasgo de la verdadera
religión gratuita y desinteresada. Posteriormente se expone la respuesta de Dios a la situación de Job y
el combate entre ambos. Dios se manifiesta a Job con tres rostros concretos:
Dios como árbitro (9,33), testigo (16,19) y liberador - Goel (19,25). En estas manifestaciones Job llega a la convicción de
ver a su liberador como un amigo.
El autor cierra esta parte final con dos
intervenciones de Dios, las cuales son una respuesta a la angustia y
sufrimiento que padece Job: la primera referida al designio de Dios (Cap. 38-39) y la segunda en relación
a su justicia (Cap. 40,7-14). En la primera intervención Dios hace ver a Job el
sentido de su creación, manifiesta su poder y revela su gratuidad y amor hacia
la humanidad, muestra a Job la equivocación de sus amigos y su visión
antropocéntrica de la creación: , todo fue hecho para la utilidad
inmediata del ser humano. Aquí Job toma una actitud diversa, pues reconoce su
pequeñez y se aparta del antropocentrismo concebido. La segunda intervención
evoca la justicia de Dios Mishpat, además
se subraya el papel del ser humano ysu libertad. El autor hace ver que Dios no
es sólo poderoso, sino débil como lo muestra en su revelación al ser humano (1 Re 19, 11-13), algo incomprensible
para Job pero que le permite entender el
respeto de Dios a su creación, hacia su libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario